La "proactividad" es una de estas palabras que se ha puesto
de moda en el ambiente laboral. Se
define, a grandes rasgos, como la actitud de tomar control sobre nuestra
conducta, tomando la iniciativa para las acciones y haciendo respetar ante todo
la libre elección de las mismas, y asumiendo la responsabilidad y las
consecuencias que se desprendan de ello. Se impone como la contra
a la "reactividad". Mientras que el reactivo sufre por las
circunstancias, el proactivo las
aprovecha para convertirlas en oportunidades.
Diferencias de las personas reactivas
Se
ven afectadas por las circunstancias, las condiciones, el ambiente social...
Sólo se sienten bien si su entorno está bien. Centran sus esfuerzos en el
círculo de preocupación: en los defectos de otras personas, en los problemas
del medio y en circunstancias sobre las que no tienen ningún control. No tienen
la libertad de elegir sus propias acciones
Como ser proactivo en nuestro trabajo
Para elevar nuestra Proactividad, debemos tomar la decisión de tomar
la decisión de ser mas asertivos, arriesgados aunque debemos ser cautelosos,
respetuosos debemos tomar la responsabilidad por nuestras acciones y conductas.
Que no es la Proactividad
La proactividad no tiene nada que ver con el activismo o la
hiperactividad. Ser proactivo no significa actuar deprisa, de forma caótica y
desorganizada, dejándose llevar por los impulsos del momento.
Las personas que tienen el hábito de la proactividad no son
agresivas, arrogantes o insensibles, torpes como defienden algunos tópicos,
sino que se mueven por valores, saben lo que necesitan y actúan en
consecuencia.
El concepto opuesto es el de reactividad, o tomar una actitud
pasiva y ser sujeto de las circunstancias y por ende, de los problemas. La definición
extendida por Stephen R. Covey dice que la conducta individual es función de
las decisiones propias y no de las condiciones.
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