Empatía: Para ser un líder proactivo hay que saber
escuchar, y optimizar las aptitudes de cada uno. Se trata de hacerse entender,
no de hacerse temer.
Motivación: La motivación también es
esencial para incentivar a los miembros de la empresa, y conseguir así que se
cumplan los objetivos.
Compartir: Un líder proactivo no debe
aportar todas las soluciones. Es mucho mejor comentarlas con las personas que
las hayan encontrado, antes de poder tomar la decisión.
Comunicación: Se debe estar al corriente
de los percances que puedan tener los colaboradores en su vida personal, y
demostrarles que está a su lado.
Educación: Hay que saber decir
"por favor" y "gracias", y no olvidarse de un “piropo”
cuando alguien lo merece.
Una organización unida: Es
importante prestar la máxima atención y consideración a cada colaborador, sea
cual sea su grado y cargo en la empresa.
Firmeza: Un buen líder es exigente, pero no alza la voz
Predicar con el ejemplo: Hay que
invertir en formación impartida en las horas de trabajo, y obligarse antes de
obligarles.
Visión de futuro: Un buen
directivo es aquel que no solamente dirige su equipo y trabaja muy bien el día
a día, sino aquel que siempre tiene puesta la visión a medio y largo plazo,
para saber enfocar las acciones futuras de manera que vayan siempre encaminadas
a aquel objetivo previsto a largo plazo. De esta forma será una persona muy
útil para la empresa, evitando despistes de gestión y consiguiendo ahorros
importantes, pero al mismo tiempo intangible.
La importancia del equipo: El buen
directivo proactivo es capaz de mover a otros compañeros directivos para
trabajar a nivel de equipo, y así evitar el exceso de concentración de gestión
en la figura del director general; esta buena gestión de equipo, enfocada hacia
el objetivo común, hace que no sólo su departamento sea proactivo, sino que
pueda llegar a serlo toda la organización.
Algunos riesgos a tener en cuenta: La
proactividad también conlleva riesgos; puede ser limitada, coaccionada o
frenada por la dirección general que, en algunos casos, puede no compartir los
objetivos. En ocasiones simplemente la falta de protagonismo de algún director
general puede frenar también esta actitud proactiva.